POEMA

Agustí

ha realizado
su sueño:
dar vida de nuevo
al viejo molino
de aceite.

La almazara
que defendió
durante años
vuelve abrir
sus puertas.


Acogiendo
al visitante
para confiarle
su sabiduría
añeja.

En el pueblo
de Alpicat
el viejo molino,
que lleva
su nombre,

recoge el hacer
de unos años
cuando vivir
era más crudo
que no es ahora.

Cuanto acéite
derramado en las pilas;
mojando el pan
por muchas manos
envejecidas por el tiempo.

Que homenage!
Para toda la gente
que lo vivió,
que gozó,
de su trabajo.

Este legado
hecho museo
es un presente
a las generaciones
más jovenes.

Lo es para todos!
Que invita
al estudio,
al gozo
de la historia.

Que acierto
preservar el molino!
Lo dice todo
de quien
lo ha hecho posible.

Gracias Agustí!


Ramon Gavarró de la Riba